Un Plan de Contenidos Ágil debe proporcionarnos flexibilidad para adaptarnos continuamente a las preferencias de nuestra audiencia digital.
Imposible es trabajar en una estrategia de contenido sin antes realizar un análisis diagnóstico que ponga luz sobre incógnitas relacionadas con la temática a publicar, la frecuencia, el uso estratégico de hashtags, etc.
El análisis previo al plan de contenidos debe ser ligero y simple.
3 KPI’s definidas a conciencia en base a nuestros objetivos de negocio son suficientes para identificar respuestas clave.
El plan debe permitir re-ajustes continuamente. Para ello, es imprescindible contar con una reserva de contenido que nos permita dar respuesta rápidamente y en tiempo real.
De nada sirve ya crear un plan de contenidos digitales con visión largo-placista cuando sabemos que en un entorno TUNA como en el que vivimos caracterizado por turbulence, uncertainty, novelty and ambiguity la incertidumbre a medio-largo plazo está servida.
La clave de aplicar estratégicamente y con efectividad una metodología ágil al ámbito del marketing digital es contar con una reserva de contenido cuyas temáticas no caduquen y puedan activarse en medios digitales justo en el momento oportuno ante el buyer persona adecuado.
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