El Marketing Humanista ubica al cliente en el centro de toda la experiencia de servicio, atendiendo a sus necesidades, dudas, preocupaciones y motivaciones como ser inteligente capaz de tomar decisiones desde un equilibrio razón-emoción y con capacidad crítica.
Tal vez sea por ello que el Marketing Humanista avanza y penetra en las estrategias empresariales de una forma cada vez más seria y convincente.
Las estadísticas de Observatorios como IAB Spain hace meses, años, que demuestran que la persona consumidora cada vez es más selectiva a la hora de decidir las marcas a las que seguir y en las que comprar.
El Marketing Humanista valora y dignifica la figura del cliente, escuchándole activamente e invitándole incluso a formar parte de procesos de innovación y mejora de la organización.
En el Marketing Humanista ya no se habla de target, se habla de PERSONAS y trasciende a una segmentación limitada por atributos como la edad, el sexo, la zona geográfica o el nivel de estudios.
Más allá de esto, se pretende llegar a él o a ella mediante una conexión racio-emocional a través de Experiencias que contribuyan a transformar una parte de él o ella, a partir del descubrimiento de un nuevo enfoque, de una revelación o de un nuevo compromiso.
Esta transformación se da a través de una experiencia win-to-win.
La empresa gana, el cliente gana y viceversa.
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